diumenge, 4 de gener del 2009

ODA A PALESTINA AGONIZANTE

¡No llores más por mí!
ya nada se puede hacer,
sé que voy a morir
estoy ya preparado,
tú también morirás,
todos hemos de morir,
para mí, el tiempo se ha agotado.
Más de cincuenta años hace
que vuestras sucias conciencias
en estas tierras sembrasteis
el odio, la ira, venganza y muerte.
Nuestras casas son derrocadas
las ciudades arrasadas
y nuestras tierras saqueadas
bajo las cadenas de los tanques
bajo las palas de los buldofers
los arrogantes "Hijos de Sión"
haciéndose llamar "El Pueblo Elegido"
las animas de nuestros antepasados
están mancillando y por doquier van sembrando
el odio, la ira venganza y muerte.
Ayer fue en Shativa, hoy en Jenin, Gaza,
la muerte nos ha visitado
es el fantasma de Cracovia
por nuestras calles se está paseando,
su cosecha va recogiendo,
muerte y más muerte
solo somos fantasmas
Sobre montones de cadáveres
nuestros hijos nacen,
de sus abuelos son esos muertos,
juegan a la guerra, juegan
sobre montones de escombros,
de sus casas son, esas ruinas
sobre la tierra quemada juegan,
tierra ensangrentada
con la sangre de sus hermanos,
en estas tierras ultrajadas
todos acabamos muertos
La implacable espada de David
se cobra su ración diaria
de odio, de ira venganza y muerte.
¡Oh Palestina tu siempre tan deseada!
has conocido tantas invasiones
sabes tanto de atrocidades,
arrogancia y negra suerte
sufristeis en tus carnes, Las Santas Cruzadas.
Hoy sigues clamando
por tu perdida esperanza
¡vasta ya!, ¿hasta cuando?
nuestros hijos se inmolan
a un culpable buscando,
y solo encuentran el odio, la ira,
la venganza y la muerte.
¿Cómo os atrevéis a juzgarnos
con tanta dureza y sin compasión?
a muerte nos habéis condenados,
de la misma manera seréis tratados,
mi corazón ya no me duele,
mi alma se ha secado,
es un puño cerrado, una fuente sin agua,
un inmenso desierto de desesperanza.
La muerte es nuestra hermana,
vive en nuestras casa,
descansa en nuestras camas,
la paz de los cementerios es nuestra patria.
Nuestra hermana es la muerte,
come en nuestras casas,
duerme en nuestras camas.
¡No lloréis más por mí!
solo soy un palestino,
un hijo de esta tierra
infinitamente mancillada
por el odio, la ira, venganza y muerte.
Mi corazón ya no me duele,
mi alma se ha secado,
es un puño cerrado, una fuente sin agua,
un inmenso desierto de desesperanza.
La muerte es nuestra hermana,
vive en nuestras casa,
descansa en nuestras camas,
la paz de los cementerios es nuestra patria.
La Muerte se pasea por todo Oriente Medio,
junto a la guadaña dos banderas ondean,
los bandidos de Occidente se regodean
sembrando La Paz de los cementerios.
No me quedan razones para vivir…
por eso os invito a este viaje emprender.

1 comentari:

Anònim ha dit...

PROU DE MASACRARNOS!!!
...O ACABAREM PER AUTOEXTERMINARNOS!!!